jueves, enero 28

26 de Enero

Traes el frío ancestral
el que inunda, el que restriega,
ya no eres tú la que habla ni tu sombra
sino tu ancianidad desdentada.
Hablo para tí,
me vistes en la sombra de las
mañanas acuosas y así tambien te amo,
te guardo, te vivo.
Traes este frío en la inesperada noxe
del bello recuerdo, entonces vivo el miedo
el hambre, la modestia, la investidura
que traigo desde tu piel a mis aguas,
a mis días sin viento, al desatino del convencimiento.
Traes desde tu frío la sorpresa de un cotidiano día,
y ya no dejo de creer en lo que traes desde tus lunas
silentes,
lunas como ésta, que se difrazan de aguaceros.

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