Que la noxe no traiga más que sonidos pastosos para tu humano cansancio enrojecido de movimientos que por fortuitos e impredecibles rayan la canxa de la conciencia sosegada.
Que los rayos de luz de tus ojos broten y seas, para quien ciego, una raya, una palabra, una mirada o tu distancia.
Sea cual sea la elección aquella que mañana llenará tu paso o tu conciencia, sea cual sea la decision de tu mano entrelazada a la ceguera del placer o a la rutilante sonrisa de una niña en la plaza que solemos visitar, para no sentir un frio que desahucia todo momento en que la maravilla tehacheciana nos permite experimentar.
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