He sabido que mi nombre no se condice con las estrellas
y que mi sombra se asoma tras mis pasos antes que los dé.
Conozco el sinsentido de la burocracia
y el marcapasos que dicta mis latidos se le acaba la pila
me deja tendida con los brazos abiertos dentro de un cajón.
Sueño hoy con la vida y no dejo de sonreir.
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